La “revolución del ‘47”, como es conocida la fecha, significó una cruenta guerra civil cuando aun no cicatrizaban las heridas producidas por la guerra del Chaco, derramando más sangre e instaurando el odio político que persiste hasta nuestros días. Las polemicas sobre el tema está aún hasta nuestros días.
Los datos que se tienen sobre el acontecimiento señalan que el coronel colorado Enrique Jiménez, entonces comandante de la 1ª División de Caballería, lideró el frente de lucha que se encrudeció en la zona de Concepción, conocida desde entonces como “cuna revolucionaria”, apunta La Mira Digital.
Los colorados consideran desde entonces el 13 de enero como símbolo de una fecha “sagrada e histórica”, al sentirse liberados después de cuatro décadas de persecuciones, con un Estado cerrado para el interés republicano. El entonces presidente de la República, Higinio Morínigo, acusado de instalar un campo de concentración para disidentes, había fracasado en su intento por instalar un gobierno pluralista, tras convocar a febreristas, militares y colorados a formar parte de su gabinete con el objetivo de dotarle de un perfil democrático y pluralista, dice La Mira.
A partir de entonces, quedó grabada la frase: “Siempre habrá un 13 de enero”. Luego la historia conocida, con el Partido Colorado en el poder, surge en 1954 la figura del general Stroessner como presidente de la República, iniciándose una época signada por la persecuciones durante los 35 años de dictadura.