El satélite pertenece a la misión ‘NISAR‘ en la que trabajan conjuntamente la NASA y la agencia espacial india (ISRO). El nombre de la operación corresponde a la “N” de NASA, la “I” de India, y a “SAR”, que es como se llama la tecnología del nuevo satélite.
Será lanzado en el año 2022, y permitirá medir con precisión los cambios en la superficie terrestre motivados por la crisis climática, como la pérdida de hielo en los polos, la humedad en el suelo o la disponibilidad de agua en los acuíferos, entre otras alteraciones naturales. Con este aporte, se podrá diseñar estratégicas que ayuden al desarrollo sustentable de los recursos del planeta y de los riesgos derivados de la crisis climática.
“Al rastrear cambios sutiles en la superficie de la Tierra, NISAR detectará señales de advertencia de inminentes erupciones volcánicas, ayudará a controlar los suministros de agua subterránea, rastreará la tasa de derretimiento de las capas de hielo relacionadas con el aumento del nivel del mar y observará los cambios en la distribución de la vegetación en todo el mundo”, justifican desde el Jet Propulsion Laboratory (JET), el centro de la NASA en California que participa en esta misión internacional.
El artefacto equipado con la mayor antena reflectora jamás lanzada por la NASA, se lanzará desde el estado indio de Andhra Pradesh a finales de 2022. El NISAR tendrá la capacidad de detectar deformaciones en las masas terrestres y heladas, además de estudios con respecto al impacto del cambio climático. Una vez en órbita, a una altura de 747 kilómetros, NISAR observará el conjunto de la Tierra en ciclos de 12 días.
Fuente: El Confidencial