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“Bajo ningún punto de vista puede ser la solución a la problemática porque la transferencia directa a las familias no garantiza que efectivamente que el niño o la niña o el adolescente pueda alimentarse que es el objetivo de la merienda escolar”, ratificó.
Señaló que se debe analizar las transferencias que actualmente existen como programas sociales la mayoría de las veces el dinero no es destinado a lo que corresponde.
“A juzgar por otro tipo de programas sociales o política sociales de transferencia directa que han demostrado que no lograron su objetivo”, sostuvo.
“Hay transferencias concretas que tienen como finalidad contribuir en el aporte de las familias para que puedan alimentarse y de esa manera mejorar ciertas condiciones biológicas mínimas necesarias y sin embargo estos montos fueron destinados totalmente para otros fines”, explayó.
Explicó que el objetivo de la merienda escolar es brindar alimentación a los niños/as y adolescentes, ya que es un incentivo para que asistan a las instituciones educativas. Si se modifica este sistema podría haber deserción escolar.
“Uno de los objetivos de la merienda escolar es retener a los estudiantes, podría generar una deserción escolar”, refirió.
El tema de la alimentación es necesaria y básica para someterse a un proceso de aprendizaje”, finalizó.