Primeramente la identidad se construye desde “la primera infancia”, basándonos en nuestra experiencia con el entorno familiar. Seguidamente se debe encontrar e identificar qué deseamos cambiar y qué juicios aprendimos o tenemos al respecto.
También podemos explorarnos, sin la exploración, una persona corre el riesgo de encontrarse a sí mismo sin una identidad elegida conscientemente. Si nunca has explorado tu identidad en algún momento en tu vida, hacerlo ahora será un paso importante para resolver una crisis de identidad.
Consejos:
Buscar lo que nos motiva: Es importante averiguar qué te impulsa a realizar las actividades en tu vida cotidiana. Para muchas personas, las cosas más motivadoras son las relaciones con otras personas. Los amigos, parientes, colegas y relaciones románticas forman una red de relaciones con las que elegimos rodearnos.
Examinar intereses: Además de las relaciones, los intereses personales son lo que a menudo ayudan a las personas a mantenerse con los pies en la tierra. Ya sea que estés consciente o no, tus relaciones e intereses probablemente ocupan la mayor parte de tu tiempo libre fuera del trabajo o la escuela
Áceptar o considerar un cambio: Muchas personas le temen al cambio, especialmente a aquellos que son grandes y que parece que alteran nuestras vidas. Sin embargo, el cambio no siempre es algo malo; de hecho, cambiar es algo normal y saludable para nuestras situaciones.
Salir a recrearse: Algunas personas encuentran que pasar tiempo al aire libre les da un sentido de propósito y plenitud.
Vive tus valores. Los valores que tienes son centrales para definirte como persona. Estos te ayudan a moldear tu identidad de muchas maneras
Re-evaluar la vida: La pérdida y el cambio pueden ser devastadores, pero también nos ofrecen muevas oportunidades para evaluar quiénes somos y qué estamos haciendo.