El primer papa latinoamericano de la historia, en casi cinco años de pontificado ha visitado buena parte de los países que rodean su natal Argentina, comenzando por Brasil, Paraguay, Bolivia y pasando por Ecuador y Colombia. Desde todos, a excepción de Uruguay, que tampoco ha visitado, ha hecho llamados a la reconciliación, a la paz, al diálogo, ha ofrecido sus buenos oficios y propiciado acuerdos.
Sin embargo, muchos observadores, tanto en el Vaticano como en Argentina, consideran que sus mensajes tienen un peso distinto en su país, donde suelen ser interpretados como intervenciones políticas y verdaderos flechazos contra las medidas neoliberales del presidente Mauricio Macri, como la controvertida reciente ley de pensiones.