En Australia, el dispositivo policial reforzado incluyó agentes con rifles semiautomáticos en Sídney y la instalación de bolardos para evitar los ataques con vehículos. Estas medidas se tomaron una semana después de que más de diez personas resultaran heridas cuando un hombre embistió una multitud de peatones con su coche en Melbourne.
Otras ciudades también se preparaban ante posibles amenazas tras los mortíferos atentados con vehículos que tuvieron lugar en los dos últimos años en ciudades como Barcelona, Niza y Londres. En Turquía permaneció vivo el recuerdo de la trágica noche de Fin de Año de 2017, cuando un hombre con un fusil de asalto irrumpió en la discoteca más famosa de Estambul, matando a 39 personas e hiriendo a 79.
En Nueva York, donde hay temperaturas de -10º, las celebraciones en Times Square estuvieron vigiladas por la mayor presencia policial en años, tras dos recientes ataques aparentemente inspirados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).