Explicó que hay una deuda de 380 millones de dólares que afecta a un aproximado de 80 empresas quienes se siguen manteniendo a través de la herramientas de créditos.
“Hay empresas que ya no tienen manera de financiarse, se disminuye el ritmo de trabajo en las obras y se tiene que liberar gente”, aseveró.
Indicó que el Paraguay es un país en vía de desarrollo, que en los últimos años se invirtió mucho en infraestructura y que el descalce financiero generó un atraso importante.
“Desde el año 2020 ya no sé volvió a licitar nada, las obras que están en ejecución ya fueron licitadas mucho antes”, sostuvo.