“En varias ocasiones ya me nalguearon. La primera vez que me tocaron me dio tanta rabia y después tuve que salir con una piedra para tirarle. La segunda vez me volvió a tocar un hombre por dos ocasiones y trate de seguirlo pero no pude alcanzarle”, afirmó.
“Prácticamente ya teniendo mis antinalgadas no me tocaron. Pero un hombre se acerca y me dice préstame tus guantes y no entendí en el momento. Pero después entendí de que igual con esto me iba a tocar”, aseveró.