El procedimiento se realizó en el Pabellón “B” Baja, y fue encabezado por el jefe de Seguridad y realizada por el Grupo de Agentes Penitenciarios de turno. El procedimiento culminó sin incidentes.
La actitud sospechosa de las personas privadas de libertad ubicados en lugar llamó la atención de los funcionarios penitenciarios, quienes activaron un protocolo de monitoreo. Al poco tiempo se concluyó que los internos escondían en dicho pabellón objetos prohibidos.
A los pocos minutos de iniciada la requisa, los agentes penitenciarios encontraron debajo de una cama un hoyo en el que se encontró una considerable cantidad de botellas de caña, así como armas blancas (cuchillos y estoques).