Alrededor de 270 personas viven en el edificio damnificado, las mismas ahora se encuentran alojadas en un hotel que es pagado por la constructora Argo, la cual en el año 2018 finalizó la obra.
Un análisis realizado sobre la construcción apuntaba a que la misma tenía problemas estructurales, aseguró Leonardo Leal, quien es ingeniero civil y gerente de inspección de Crea (Consejo Regional de Ingeniería y Agronomía de Espírito Santo).
“Descubrimos que no había ningún rizo entre el fondo de la piscina y la viga. El rizado es un acero, una fuerza de tracción. Dado que el acero es tracción, pasa a través de la losa y se atasca en otra estructura. Esto evita que el fondo ceda camino. Había acero, pero no estaba atascado”, aseveró el Ingeniero.
Los habitantes del edificio aseguraron que al momento del impresionante derrumbe escucharon un ruido muy fuerte y desalojaron sus departamentos lo más rápido posible, por el miedo que les produjo abandonaron lo antes posible sin llevarse algún objeto de sus viviendas. Los hechos quedaron grabados por las cámaras de seguridad, las mismas se encuentran ubicadas tanto en la parte de recreación donde se produjo el derrumbe, y las del estacionamiento, donde se pudo observar que quedaron los restos de la piscina.
Lo ocurrido en Brasil fue un milagro ya que no se encontraban personas en ninguna de las dos zonas afectadas. Se recomendó a los habitantes del Parador que no vuelvan al mismo y ahora la empresa Argo será la encargada de realizar obras en el edificio para reforzar la estructura.