El comisario mencionó que los sujetos ingresaron al establecimiento vestidos de civil con la excusa de que querían tomar agua y que cuando los empleados se disponían a llevarles el agua, uno de los delincuentes desefundó el arma, apretó a uno de ellos y lo tomó de rehén. Posteriormente preguntaron por la caja fuerte que estaba en una de las habitaciones y empezaron a trabajar para abrirla.
Refirió además que los malvivientes estuvieron en el lugar entre 10 a 11 horas y que incluso obligaron a las empleadas a cocinar. Cuando el capataz, identificado como Claudio Servín Martínez, llegó al establecimiento los delincuentes pidieron conversar con el dueño de la propiedad que sería un ganadero brasileño, pero en ese momento no se encontraba en el país, por lo que conversar con él iba a ser difícil.
Ante esta situación, decidieron alzarse con la camioneta, las dos motos de marca Honda y Yamaha y las armas de fuego que estaban guardadas en la caja fuerte.