Según Prieto, el nuevo formato de la Ley electoral, aparte de obligar a los candidatos a competir con sus compañeros del mismo partido, obstaculiza el conocimiento de la fuente de financiamiento de las campañas políticas, por lo que favorece a la mercantilización de la política ya que con la gran cantidad de personas que se postulan para diferentes cargos, es difícil hacer los controles de la fuente de financiación de las campañas por parte de las instituciones.
Asimismo indicó que se deben encontrar otras estrategias para que las campañas políticas sean influyentes y que no se recurra al uso de dinero proveniente del narcotráfico y lavado de dinero.