Según quedó fehacientemente comprobado, el hecho se registró en el año 2019, cuando los condenados, cayeron tras un allanamiento en una vivienda ubicada en el barrio Santa Ana, de la ciudad de San Lorenzo.
La agente especial Myriam Tapia y Edgardo Vázquez coincidieron al manifestar que en la vivienda de Gregorio Vázquez se realizaba expendio de sustancia a jóvenes de la zona.
En la oportunidad, se había incautado de la vivienda unas 130 dosis de crack, 11 gramos de clorhidrato de cocaína y dinero en efectivo de diferentes denominaciones.