“Es lamentable. Es la evidencia de una justicia machista, una justicia que vuelve a victimizar a la víctima, que no tiene códigos ni protocolos para entender lo que padece una mujer que ha sido violentada en su autonomía sexual, sea una vez, dos veces, tres veces, cinco veces”, refirió.
Además, dijo que muestra un “sublevamiento el poder. En este caso el religioso. Se inca al poder ante el poder religioso, antes las presiones que, probablemente, estamos seguro que existieron. De esa manera se ha comportado muchas veces los cultos religiosos cuando se trata de escrutar la conducta de uno de sus miembros”.