Se desligó del movimiento Me Too con las denuncias de acoso sexual desatado con el escándalo del productor estadounidense Harvey Weinstein. Apuntó que en la mayor parte de esos casos se trata de acusaciones “hipócritas, ridículas y sin interés” que además “quita espacio a temas importantes que podrían ser debatidos” en su lugar.
“Hay muchas actrices que provocan a los productores para conseguir un papel. Después, para que se hable de ellas, dicen que sufrieron acoso”, dice Bardot en una entrevista publicada en la revista Paris Match. “En realidad, más que beneficiarlas, esto les perjudica”, agrega la antigua actriz y cantante, que asegura que pese a su estatus como sex symbol, ella nunca vivió esa situación.
“Yo nunca he sido víctima de acoso sexual. Y me parecía encantador que me dijeran que era muy guapa o que tenía un buen culo. Este tipo de cumplidos son agradables”, declara. Bardot es la segunda actriz francesa internacional que se desliga del movimiento #MeToo, después de Catherine Deneuve, que firmó un manifiesto la semana pasada con otro centenar de mujeres defendiendo el el “derecho a importunar” de los hombres por el que recibió tantas críticas que tuvo que acabar disculpándose ante las mujeres víctimas de agresiones sexuales.