“Cartagena es un lugar muy seguro, está es la base naval más grande del país, está la casa de descanso del presidente y se coordinan algunas actividades de la Armada Nacional con el Comando Sur de EE.UU y es particular que esto haya ocurrido en ese lugar. Es penoso para el país que el deterioro de la seguridad llegue incluso a un magnicidio de estas características”, sostuvo.
“Durante los últimos 2 años el gobierno de Duque ha facilitado, permitido o ha sido incapaz de detener el resurgimiento y la ampliación de su capacidad de estos grupos. Hace años, desde antes del Acuerdo de Paz, el Estado colombiano planteó que hay un fracaso de la lucha contra la droga. Se acordó en la Habana con los grupos guerrilleros, modificar la lucha contra las drogas de forma punitiva y se avanzó hacia otro camino”, aseveró.
“El presidente Duque decidió no realizar ese acuerdo y lo que se hizo fue una reorganización de la guerra en Colombia que tiene en deterioro al país. Hace dos semanas antes del asesinato del fiscal, en diez departamentos de la Costa Norte del país los paramilitares llamaron a un paro armado que paralizó municipios y eso no ocurría desde los años 90”, afirmó.